En el mundo del automovilismo, pocos logotipos son tan icónicos como el de Citroën. Detrás de las líneas elegantes y minimalistas se encuentra una historia fascinante que revela la visión y el espíritu innovador de la marca.
El logotipo de Citroën ha evolucionado a lo largo de los años, pero su esencia original ha perdurado, capturando la esencia de una de las marcas de automóviles más influyentes. Descubre el origen del logo de Citroën a continuación.
El Doble Chevrón, que es el distintivo emblema de Citroën, tiene sus raíces en los orígenes de la marca. Fue diseñado por André Citroën, fundador de la compañía, y se inspiró en la fabricación de engranajes helicoidales que revolucionaron la industria. Los engranajes helicoidales, con su forma en «V» invertida, representaron la innovación y la precisión que Citroën quería transmitir a través de su marca.
El diseño del Doble Chevrón también lleva consigo un significado de doble crecimiento. André Citroën incorporó dos chevrones entrelazados para representar las dos etapas de la producción de engranajes helicoidales: el corte y la formación. Este concepto de crecimiento constante y evolución tecnológica se convirtió en un pilar fundamental para la marca.
A lo largo de los años, el logotipo ha experimentado algunas modificaciones sutiles en su diseño, pero la esencia del Doble Chevrón se ha mantenido intacta. La marca ha utilizado una variedad de colores y estilos para adaptarse a las tendencias y los avances estilísticos, pero siempre ha mantenido la conexión con su herencia y su dedicación a la innovación.
El logotipo de Citroën es mucho más que un simple distintivo. Es un símbolo de ingenio, innovación y progreso que ha perdurado a lo largo del tiempo. Su origen en la tecnología de engranajes helicoidales y su evolución a lo largo de los años reflejan la historia de una marca que ha dejado una huella duradera en la industria de la automoción.
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